domingo, 16 de diciembre de 2012

ORÍGENES HISTÓRICOS DE LA PSICOLOGÍA.



Desde el comienzo de la historia, los Seres Humanos han reflexionado y discutido sobre la naturaleza humana, se preguntaban: ¿Quiénes somos?, ¿De dónde vienen nuestros pensamientos?, ¿Y nuestros sentimientos?, ¿Y nuestras acciones?, ¿Cómo podemos entender a los que nos rodean? Gracias a estas preguntas, se ha llegado a una ciencia que intenta describir y explicar cómo pensamos, sentimos y actuamos.

Se comenzó a dar respuesta a estas preguntas hace mucho tiempo en los escritos antiguos de la Indica con Buda, en China con Confucio o en el Israel antiguo con las escrituras hebreas, donde se anticiparon a la filosofía actual al relacionar mente y la emoción con el cuerpo.

Algo muy distinto de lo que afirmaba Platón (427 a. C – 347 a. c) acerca de Sócrates (470 a. C. – 399 a. C) que pensaba que mente y cuerpo eran diferentes, es decir, que la mente era separable del cuerpo y seguía viva tras la muerte, considerando que ya nacemos con el conocimiento. Para el alumno de Platón, Aristóteles, el alma no podía separarse del cuerpo y lo mismo se debe sostener respecto de partes específicas del alma y que el conocimiento se construye a partir de las experiencias acumuladas en nuestros recuerdos, es decir, que el conocimiento no es preexistente.

Aristóteles (384 a. C – 322 a. C.) estaba equivocado en muchas cosas, pero en otras tenía razón como cuando decía que los acontecimientos vividos en condiciones de emoción fuerte se rememoran mejor que los sucesos carentes de emoción, nosotros evocamos recuerdos mediante una red de asociaciones entre nuestras experiencias almacenadas.

Después de Aristóteles, los 2000 años siguientes no lograron ofrecer nuevas ideas acerca de la naturaleza humana por la ausencia de indagación, hasta que llegó San Agustín (354 – 430 d.C.) quien se investigaba a sí mismo, su memoria y mente y describió en qué forma el estado del cuerpo influye sobre la mente y cómo la mente influye en el cuerpo.

Aparecieron nuevas teorías de la conducta humana 1200 años después con René Descartes (1595 – 1650) quien se manifestó de acuerdo con Sócrates y Platón ya que pensaba en la existencia de las ideas innatas y de que la mente era diferente del cuerpo pudiendo sobrevivir a la muerte.

Mientras tanto en Gran Bretaña, con Francis Bacon (1561 – 1626), llega una forma más práctica, centrada en el experimento, la experiencia y el sentido común dentro de la ciencia. Se convirtió en uno de los fundadores de la ciencia moderna y su influencia persiste en experimentos de la psicología actual. Unos 50 años después aparece John Locke (1632 – 1794), filósofo político británico que escribió “Ensayo sobre el entendimiento humano” en el que presentó su famoso argumento de que la mente al nacer es una pizarra en blanco sobre la cual se escribe la experiencia. Con esta idea se dejaba de lado la idea presentada por Platón y Descartes de que el conocimiento es innato. Esta idea junto a la de Bacon, ayudó a formar el empirismo moderno, donde el conocimiento se origina sobre la base de la experiencia y que la ciencia debe apoyarse en la observación y la experimentación.

Si hacemos un breve repaso, aquellos que pensaban que la mente y el cuerpo estaban conectados eran los hebreos, Aristóteles y San Agustín; al contrario que Sócrates, Platón y Descartes quienes creían que eran diferentes. Sócrates y Platón además creían que algunas ideas eran innatas y Aristóteles y Locke que la mente era una página en blanco.

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